Introducción: ¡Más vale tarde que nunca! En agosto, tuve la oportunidad de asistir a un evento literario verdaderamente encantador: la 6ª edición del ELO en O Carballiño, Ourense. Este pequeño municipio gallego, rodeado de belleza natural y conocido por su pulpo exquisito, se convirtió en el escenario perfecto para este encuentro literario. Pero antes de sumergirnos en mi experiencia, permíteme contarte un poco más sobre este rincón mágico de Galicia.
Explorando O Carballiño: O Carballiño es un encantador municipio de la provincia de Orense (también conocida como Ourense), en la comunidad autónoma de Galicia, al noroeste de España. Su entorno está marcado por la majestuosa Sierra del Faro y el sereno valle del río Arenteiro, el principal afluente del río Avia. La zona está salpicada de imponentes castaños y robles, que en gallego se llaman «carballos», de donde proviene su nombre. Además de su belleza natural, O Carballiño es famoso por sus manantiales de agua subterránea con propiedades mineromedicinales y, por supuesto, su exquisito pulpo, una delicia culinaria que nunca deja de sorprender a los visitantes.
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El Encuentro Literario: El evento tuvo lugar en el acogedor Auditorio Municipal de O Carballiño, un espacio perfectamente elegido para la ocasión. Desde el momento en que llegué, me sorprendió el ambiente cálido y acogedor, donde casi todos los asistentes se conocían, creando una atmósfera familiar. En mi caso, una pequeña aventura para encontrar aparcamiento hizo que llegara un poco tarde, pero valió la pena.
Os dejo un enlace al Facebook del evento para que podáis ver más detalles, aquí.
Las anfitrionas, Lizzie Quintas y Cristin Ferro, dos escritoras con un gran talento y encantadoras, hicieron que todos nos sintiéramos como en casa. Ya conocía a Lizzie desde hace años, aunque algunos detalles de nuestro encuentro se mantienen en secreto (¡siempre es bueno mantener un poco de misterio!). En cuanto a Cristin Ferro, la conocí en persona ese día, y fue un verdadero placer.
Arte y Literatura se Entrelazan: El evento nos brindó una experiencia enriquecedora que incluyó una exposición de arte con un artista local. Durante la charla, exploramos temas diversos y disfrutamos de una amplia explicación sobre la concepción y creación de sus obras. El toque artístico añadió un valor adicional a la experiencia literaria.
Intimidad y Conexiones: Aunque éramos un grupo reducido de asistentes, esto hizo que el evento fuera íntimo y cercano. Tuve el placer de conocer a numerosos escritores y escritoras gallegos que hasta entonces eran desconocidos para mí. También compartí risas, conversaciones profundas y momentos memorables con blogueros, influencers y amantes de la literatura. Las conexiones y amistades que se forjaron en ese día son un tesoro que atesoro en mi memoria.
Diversión y Reflexión: La organización del evento fue excepcional, con juegos, preguntas atrevidas y, sobre todo, risas. Las mesas redondas resultaron entretenidas e increíblemente interesantes. Conocí a autores y autoras como Eva Álmez, Rocío Bouzón, Jess GR, Amaia B. Madison, Begoña Gallego, entre otros, cuyas palabras y experiencias dejaron una profunda impresión en mí, aunque debo admitir que mi memoria para los nombres a veces me juega una mala pasada.
Conclusión: El ELO en O Carballiño fue una experiencia literaria muy interesante. En un entorno idílico, rodeado de naturaleza (aunque yo no viese mucho de ella ya que estuve todo el día en el evento) y cultura, pasamos un día repleto de risas, nuevas amistades y reflexiones que siempre llevaré conmigo. ¡Hasta el próximo ELO!
En mi primera entrada, nos aventuramos a través del tiempo y nos sumergimos en el fascinante mundo del siglo XIX, donde la elegancia y el romance se entrelazan en una serie de novelas que te transportarán a una época de cambios, intrigas y apasionadas historias de amor. En la serie ‘Nuevos Comienzos’, que consta de tres cautivadores volúmenes titulados: “Cambiaré tu vida”, “Una iniciativa arriesgada” y “Atrévete a elegirme”, exploraremos los destinos entrelazados de personajes inolvidables y los secretos que se guardan en el corazón de la Inglaterra victoriana.
Nuestra primera parada, nos lleva a conocer a Garrison Wheatcraft, el apuesto duque de Hawley, y a Rachel Beasley, una audaz heredera norteamericana con raíces en la aristocracia inglesa. “Cambiaré tu Vida”, el primer libro de la serie, nos sumerge en su mundo, donde las diferencias sociales, la estricta moralidad inglesa, los desafíos del pasado y la promesa de un nuevo comienzo convergen en una apasionante historia de amor.
Vamos a sumergirnos en la época victoriana, donde la etiqueta esconde secretos, los vestidos esconden corazones y el amor se enfrenta a obstáculos que, en un principio, parecen insuperables.
¡Comenzamos!
Garrison Wheatcraft: nuestro querido duque, es uno de los personajes más controvertidos y apasionantes que encontrarás en la primera novela de la serie. Con una presencia imponente que despierta la curiosidad —no siempre sana— de todos los que tienen el privilegio de cruzarse en su camino, Garrison es una figura destacada en la alta sociedad londinense de la época pese a todos los rumores y certezas desastrosas que rodean a su familia.
Descrito como el peor calavera de Londres, Garrison no es considerado un hombre apto para el matrimonio con una joven y dulce damisela, y no obstante, nadie le diría que no a un duque. Pero nuestro protagonista oculta un mundo de secretos detrás de su mirada penetrante y su sonrisa enigmática. Como el heredero de un antiguo ducado, carga con la responsabilidad de mantener a su familia mientras lucha por encontrar su propio camino en un mundo en constante cambio, que además, parece que no tiene la más mínima consideración con su persona.
Es de dominio público que el ducado se encuentra casi en la ruina y que Garrison no tienen la más mínima intención de dejar su soltería de lado. Para muchos es un hombre arrogante, frío y distante. Lo que nadie sabe es que tras esa fachada de seguridad en sí mismo, se esconde un hombre cuyo corazón fue destrozado con saña cuando solo era un niño. Las cicatrices de antiguas heridas tanto físicas como emocionales, además de la expectativas que tiene para su familia, le han convertido en un personaje complejo y cautivador.
A medida que exploramos “Cambiaré tu Vida”, el primer libro de la serie, descubriremos las capas profundas y las contradicciones de este apuesto Duque, así como el impacto que la llegada de Rachel Beasley tendrá en su vida.
¿Estáis preparados para desvelar los misterios que rodean a este personaje mientras os sumergís en su apasionante historia de amor y redescubrimiento?
Rachel Beasley: conocida en América por el terrible mote de “la reina del metal”, nuestra protagonista es una mujer que se ha forjado a sí misma. Y nunca mejor dicho, ya que su padre era un magnate de la industria metalúrgica. A una temprana edad, Raychel tuvo que asumir la responsabilidad de liderar a la familia tras la muerte de sus padres, ya que por nada del mundo perdería el legado de estos y aunque su progenitor la preparó muy bien desde niña para ser su sucesora, hubo muchas situaciones para las que no podría haberse preparado ni en mil vidas.
Y una de esas situaciones, era cumplir la promesa que ella y su hermana Cassandra —también llamada Casie—, le hicieron a su madre. Y esa promesa no era nada más y nada menos que ir a Inglaterra, presentarse ante la alta sociedad de Londres y formar parte del círculo al que pertenecían por derecho, ya que eran nietas de los vizcondes de Brasguell.
La belleza exterior de la joven, así como su riqueza, le abrieron las puertas de par en par a un mundo que estaba anclado en el pasado, que se agarraba a la tradición como a un clavo ardiendo, pero que se veía en la necesidad de abrir sus puertas a personas como ella por la necesidad de adaptarse al cambio que se estaba produciendo. No obstante, su abrumadora personalidad, era un reclamo en sí mismo, si bien la aristocracia querría darle la espalda, la curiosidad que les provocaba no lo permitía.
Raychel quería cumplir la promesa que le hizo a su madre, eso jamás lo había puesto en duda, pero sería con alguien de su elección, eso tampoco lo dudaba, ella no estaba acostumbrada y mucho menos dispuesta, a encajar en el molde que los ingleses tenían en mente para ella. No era sumisa, no era comedida ni convencional y desde luego, jamás le cedería las riendas de su vida a un hombre al que ni siquiera respetase. Y no obstante, cumpliría su promesa, porque para ella, la familia lo era todo. Y la única familia que le quedaba era su hermana pequeña y haría cualquier cosa por ella.
A medida que nos adentramos en la trama de “Cambiaré tu vida”, descubrimos a una mujer tremendamente fuerte, inteligente, hermosa y con grandes recursos, que valora por encima de todo a su familia. Pero también a una mujer que se encuentra desafiada por un apuesto, atractivo e imponente caballero que hará tambalear sus convicciones y despertará emociones que nunca imaginó sentir.
¿Estás list@ para adentrarte en un mundo de determinación, superación y un amor que desafiará todas las expectativas?
Esta tarde hemos venido a visitar a mis suegros y de paso aproveché para pasear por el bosque que rodea la propiedad, es algo que hago a menudo y que siempre me proporciona paz y calma ante todas las situaciones que vivo. Hoy no ha sido diferente, estamos atravesando una terrible y cruel alerta sanitaria, un ser invisible a los ojos (al menos a simple vista) nos ha arrebatado a nuestros seres queridos y con ellos un pedazo de nuestro corazón, se ha llevado de un plumazo y sin avisar nuestros sueños e ilusiones y también se ha llevado nuestra libertad. Llevamos más de dos meses de confinamiento y en este tiempo hemos vivido más de lo que podíamos imaginar, cada uno con nuestras circunstancias las situaciones han sido más o menos difíciles o complicadas. El caso es que en mi propia situación, en este tiempo he sido consciente de algo en lo que hasta ahora no había reparado, pero que inevitablemente me provocaba tensión, dudas y sentimientos encontrados. Así que esta tarde decidimos atrevernos a tocar la ansiada libertad con la punta de los dedos. Y aquí, en un pueblo de Lugo, tengo estas increíbles y maravillosas vistas:
Es de conocimiento público que los bosques están llenos de hadas, elfos y demás seres mágicos, bien, los bosques gallegos son un claro ejemplo de ello.
Como os comentaba al principio, decidí dar un paseo por el bosque, mi mente bulle a diario y necesitaba cierta paz y calma.
Me adentré en el bosque colindante y sin miedo caminé por los agrestes senderos que me llevaron hasta una localización secreta, por lo tanto no os puedo explicar como llegué allí, pero sí os puedo decir que visitarlas es un enorme placer.
Esta tarde cuando llegué a su ubicación habitual, me senté en un tronco caído, cerré los ojos y esperé. Al cabo de apenas un minuto, un silbido me hizo saber que una “pupieiriña” se había acercado, sonreí pero permanecí con los ojos cerrados, las hadas son las que te hacen saber cuándo puedes mirar, si miras antes de que estén preparadas, desaparecerán y han aprendido por las malas a no confiar en los humanos.
Un instante después, la sensación de un cálido rayo de sol acariciándome el brazo fue la señal. Abrí los ojos y sonreí de nuevo. La primera en acudir fue Ailidh, una “pupieiriña” joven, alegre, divertida, con una dulce voz y un cariñoso carácter. Se sentó frente a mí y arrugó el ceño. —¿Por qué has tardado tanto en venir? — preguntó con su inevitable curiosidad — hace meses que no te sentimos cerca. —Lo sé — suspiré — esta pandemia nos está alejando y destruyendo. —Tu voz contiene confusión — se acercó a mi con su luminosa sonrisa y me besó en la mejilla — notamos que algo ocurre en el mundo de los humanos, el aire, los ríos, los mares… todo está más limpio. —Sí, lo he visto en las noticias… — murmuré. —Eso es bueno ¿no? — se sentó de nuevo frente a mí — ¿por qué ese sentimiento? Me encogí de hombros y abrí la boca para responder, pero entonces una hermosa Dríade apareció justo al lado de Ailidh, sonreí al verla, era la hermosa Isold. —Un placer verte — incliné la cabeza con respeto. —Lo mismo digo — sonrió y otro rayo de luz atravesó las hojas y ramas del espeso bosque — sigue hablando, os escuchaba. —Sí, es algo bueno que el mundo respire, pero en estos dos meses de confinamiento he descubierto algo que… —Has descubierto soledad, una terrible falta de empatía y que la maldad se ha hecho más evidente, ¿verdad? —Así es Ailidh — suspiré de nuevo — sé que no todo el mundo es bueno y también sé que se han hecho públicos casos de personas que han demostrado que aún queda esperanza — cogí aire — pero también me he dado cuenta de que la crueldad es más insensible. Las dos hadas me miraron y esperaron a que siguiese hablando. —He descubierto que los que creía fieles amigos, en realidad son traidores, he descubierto que un mensaje de una persona al otro lado del Atlántico puede hacerme sonreír todo el día, que aquello por lo que protestaba y me parecía injusto era peor de lo que yo creía y he visto que haber compartido el día a día con algunos no era más que una ilusión óptica. —Sin embargo — intervino Ailidh — también has descubierto cosas buenas. —Sí — sonreí, como siempre, acertaba — personas que físicamente están lejos, las siento a mi lado, veo la sonrisa de mis hijos cada día y me doy cuenta de que he tomado las decisiones acertadas, hablo con gente que me confía sus secretos o que sólo llaman para que ría con ellos. —Es una época caótica — intervino Isold — nosotras nos sentimos así a menudo — cogió un mechón de su precioso pelo dorado y comienzó a trenzarlo — somos habitantes de los bosques, los árboles son símbolo de vida, ellos limpian el aire y producen oxígeno, aquello que necesitáis para vivir — se encogió de hombros — sin embargo, cada año miles de árboles son talados con crueldad matando con ellos a nuestras hermanas, cientos de ríos son vilipendiados con productos químicos contaminantes, los mares y océanos se llenan de basura y nuestras hermanas acuáticas sufren — se estremeció — sí, nosotras entendemos de crueldad humana — me miró fijamente a los ojos — y comprendemos tu confusión. —¿Creéis que alguna vez cambiará? — pregunté con un atisbo de esperanza. —Lo dudo — la firme respuesta de Isold me hizo cerrar los ojos un segundo — los humanos sois seres fascinantes, sois complejos y altamente frustrantes, he conocido a muy pocos que sean capaces de ver con el corazón, la inmensa mayoría de mueve por los motivos equivocados — le dio la mano a Ailidh y comenzaron a danzar sobre una rama — por regla general prima más la avaricia y el egoísmo que la bondad — asentí reconociendo la verdad de sus palabras — sois capaces de quedaros tuertos con tal de ver al prójimo ciego — ambas hadas se abrazaron con fuerza antes de seguir danzando — habláis mal los unos de los otros, sois incapaces de poneros en la piel de otra persona y os deshacéis de amigos o parejas por una supuesta mejora en algún ámbito que os concierna. —Todo eso es cierto — interrumpió Ailidh — pero también hay humanos que aman intensamente, que son capaces de perdonar — me miró fijamente y sonrió — aunque algunos jamás olviden — hay quien lo arriesga todo por desconocidos y son capaces de crear arte en todas sus diversas formas alimentando el alma de todos los seres vivos. —Y de ahí que opine que los humanos son fascinantes — sonrió Isold con complicidad, entonces me miró — no hay una respuesta clara a tu confusión mi querida amiga — voló hasta quedarse muy cerca de mí — sólo puedo ofrecerte el consuelo de mi amistad, el regalo de mi tiempo, el cariño de mis gestos y la ilusión de los buenos deseos que te auspicio. —Tu amistad es un regalo mi querida Isold — alcé la mano con la palma hacia arriba y ella se posó delicadamente — gracias. —¿Te sientes mejor? — preguntó Ailidh posándose también en mi mano. —Sí — respondí con una sonrisa. —¿Y qué has aprendido de este tiempo? — preguntó con su habitual buen humor. Sopesé la respuesta durante unos minutos y al fin me decidí a responder. —Que si la amistad es verdadera jamás hay silencio y que una buena persona siempre será una buena persona, así como alguien con un corazón turbulento tampoco podrá cambiar ese hecho — alcé la vista al cielo y me pareció ver que más hadas volaban sobre nosotras — que si una persona sólo permanece en un capítulo de tu vida, es mejor aceptarlo y no permitir que dañe el resto de la obra. Ambas hadas sonrieron y se acercaron para besarme en la mejilla. —Deseamos volver a verte pronto — se despidió Ailidh. —Siempre que sea posible — respondí mientras se alejaban. Después me quedé donde estaba unos minutos más, el sol ya había comenzado a bajar y la vista del bosque era diferente, siempre mágica, siempre vital, siempre un remanso de paz, pero con otra luz. Caminé despacio hasta llegar cerca de casa y me recosté sobre la hierba para respirar profundamente.
Estamos viviendo una época difícil y complicada, pero no por ello debemos forzar las relaciones, las personas que nos importan y a las que les importamos seguirán estando a una llamada de distancia sin importar la hora o el día, y aquellos que se han mantenido en silencio, es porque jamás estuvieron ahí, aunque fingieran lo contrario.
Hemos sufrido y seguiremos sufriendo, pero debemos mantenernos firmes y esforzarnos por ver el lado positivo de la vida sin olvidar jamás el alto precio que hemos pagado por seguir aquí otro día más.
Mi filosofía de vida es esta: no hagas daño simplemente por el hecho de que puedas hacerlo, no gastes energía en cambiar aquello (personas o situaciones) que está fuera de tu alcance; permanece cerca de quienes lo merecen e intenta ver más allá de lo aparente, pues como ya decía Antoine Saint-Exupéry en el Principito: “…sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos…”
Espero que hayáis disfrutado con este mircorrelato. Un beso, Alexia Seris.
Las fuentes usadas en la mención de tipo de hadas son: *Pupieiriñas *Díadre
Buenas noches amig@s, tendría que disculparme de nuevo por permanecer tanto tiempo desaparecida, pero es que ya sé que me repito mucho. No obstante, han pasado muchas cosas en estos meses.
Novelas publicadas, novelas retiradas, situaciones personales complicadas a varios niveles, salud comprometida y estrés de distintos tipos.
Como seguramente ya os habréis dado cuenta, un par de mis novelas han sido retiradas de las plataformas, no os preocupéis, estoy trabajando en la nueva maquetación y corrección para volver a sacarlas por mi cuenta.
También ha habido novedades en cuanto a las publicaciones, la trilogía de las Highlands, son novelas que están escritas con el corazón, empezaron siendo un reto personal, algo que se empeñaron en decirme que no podría hacer, sin embargo, la acogida de las dos primeras partes está siendo maravillosa. Y espero que la tercera parte supere las expectativas, las mías y las vuestras, por supuesto.
Estoy desaparecida de las redes sociales por diferentes razones, intento solventar alguna, pero lo cierto es que tampoco sé qué decir a veces, veréis, tengo cuenta en todas las redes, pero la mayoría ¡no sé ni cómo se utilizan! lo sé, ¡soy un desastre!
Bueno, sólo quería saludaros y comentaros que en breve comenzaré de nuevo con los micro relatos que se irán publicando semana a semana.
Isaac se paseaba por delante de la puerta de la sala de embarque como un león enjaulado. Y cuando el personal de vuelo entró casi les arrolla a su paso, estaba más nervioso que en toda su vida, extrañamente no era por el hecho de que fuese a renunciar a su libertad, eso le daba igual, estaba nervioso por volver a verla, de hecho, había aprovechado el tiempo en el aeropuerto para comprarse unos vaqueros oscuros que le sentaban realmente bien y una camiseta ligeramente ajustada que le marcaba los músculos, quería impresionarla y al ver cómo le miraba la dependienta sabía que había hecho bien.
De forma autómata se dirigió a la salida y se subió a un taxi, dio la dirección donde vivían los padres de Marta y suspiró. El corazón le martilleaba en el pecho y se sentía desfallecer por momentos.
Había llegado a Italia hacía ya casi tres horas… había pasado gran parte de ese tiempo explicándoles a sus padres los motivos de su inesperado viaje, sabía que en cuanto les dijese que quería quedarse con ellos una temporada, estos pasarían por alto cualquier otra cosa que ella les dijese. Pero estaba exhausta, la conversación había sido liberadora a la par que tensa y ahora sentía que no le quedaban fuerzas en el cuerpo. Aun así, decidió no dejarse llevar por la melancolía, lo mejor sería dar un paseo por el pueblo donde sus padres vivían.
Sabía que jamás podría olvidar al amor de su vida, pero sin duda, estar a miles de kilómetros la ayudaría a sobrellevarlo, le echaba tanto de menos que le dolía el alma, no se quitaba de la cabeza su preciosa sonrisa, su voz, la forma en que la miraba… necesitaba un poco de aire fresco que la ayudase a despejarse y Milán ofrecía todo un abanico de posibilidades para mitigar las penas.
Y al salir de la casa le vio. Y el mundo dejó de girar para ella. Seis años llevaba soñando con esta escena, toda su vida anhelando que el hombre de sus sueños lo dejase todo por ir a buscarla. Y ahora le tenía delante de él, mirándola con fuego en los ojos, estaba más que atractivo, era la tentación con cuerpo de hombre.
Cuando se estaba acercando a la puerta de la casa de planta baja donde la mujer que amaba se había criado, los recuerdos de todos los veranos que pasaron juntos le torturaron hasta casi hacerle estallar el corazón en el pecho, tenía que haberse dado cuenta antes, mucho antes… llevaba toda su vida negándose a lo evidente, pero ya no podía seguir así.
En ese instante la puerta se abrió y la imagen de Marta le golpeó con fuerza, había estado llorando, otra vez, tenía ojeras y parecía extremadamente cansada, se sentía culpable porque sabía que todo había sido culpa suya, pero iba a remediar la situación, ya no tenía miedo, ahora sabía lo que quería, y lo que más quería en el mundo era a la mujer que le miraba fijamente como si no fuese real.
– Escúchame bien Marta — dijo acercándose peligrosamente a ella — me he pasado seis malditos años intentando saber qué es lo que hice mal para que no quisieras saber nada más de mí, intenté olvidarte y te buscaba en otras mujeres, nada funcionaba, tú aparecías y yo dejaba de respirar — Marta no era capaz de hablar — pasaste por un infierno tú sola y sé que fue culpa mía, pero escúchame atentamente — se acercó a ella hasta quedar casi pegados — si vuelves a alejarte de mí alguna vez, te juro por el Dios en el que creas que te ato a mi cama y jamás volverás a salir sola a la calle — le sujetó la cara con las dos manos — llevo enamorado de ti desde la primera vez que te vi, pese a mis burdos intentos no he conseguido sacarte de mi corazón y ahora no quiero que jamás salgas de él. Eres la mujer de mis sueños, mi mujer ideal, la única que quiero en mi vida, en mi cama, en mi corazón y la única que es dueña de mi alma — la besó con pasión y se deleitó con el sabor que tanto había echado de menos — dime que volverás conmigo