Hace un par de días, en una ocasión del todo exclusiva, decidí perderme durante unos minutos en las redes sociales, tod@ sabéis que las odio, pero son un mal necesario, bueno, a lo que iba.
El caso, es que mirando Instagram, leí algunas preguntas que hacía la siempre fabulosa, Beatriz Gant. Aquí hago un inciso, quienes la conocéis, seguir leyendo, quien no, darle una oportunidad, escribe de maravilla.
A ver que me lío, el caso es que hacía unas preguntas que eran: ¿Cómo te quieres ver en 10 años? ¿Estás tomando las decisiones que te acercan o te alejan de ese futuro? ¿Te gusta lo que haces? ¿Tiene sentido?
Y esas preguntas me rondaron la cabeza durante toda la tarde, (cuando no estaba pensando en otras cien cosas). Pero poco a poco y casi sin darme cuenta, me sorprendí a mí misma respondiendo a esas preguntas.
Y admito que algunas respuestas me sorprendieron.
¿Cómo me veo en 10 años? Sinceramente, espero que con aspecto de señora más mayor, porque luchar contra el tiempo no va conmigo, por lo demás, como ahora mismo. Tengo una familia perfecta para mí, con la que discutir, con la que reír, con la que soñar, con la que hablar para tomar decisiones importantes, a la que abrazar para buscar consuelo o darlo… y tengo amigos, amigos de los de verdad, de los que importan, de los que les llamas y te dicen: “estoy liad@, dame cinco minutos y te llamo”; y siempre llaman. Sí, espero verme exactamente como ahora.
¿Estás tomando las decisiones que te acercan o te alejan de ese futuro? ¡Por Dios! ¡espero que sí! XD; ahora en serio, sí, en algunas ocasiones ha sido duro y difícil, sobre todo cuando me he alejado de personas que por mucho que lo disfracen, sólo eran personas oscuras que sólo aportaban oscuridad.
Me costó mucho darme cuenta de que estar cerca de ellas hacía que me alejase de mí misma. Yo soy como soy y no quiero cambiar, me gusta ser así, me gusta pasear sola por la ciudad, me gusta escuchar música con uno de mis hijos y bailar por la calle, me gusta saludar, sonreír y tener una palabra amable para cualquier conocido, me gusta pasear con mi otro hijo mientras debatimos sobre lo divino y lo humano, me gusta pensar diferente y ser diferente, me gusta llorar con “Friends” y me gusta enfadarme con “El ala oeste de la casa blanca”. Me gusta reír a carcajadas con “The big band theory”.
Me gusta disfrutar de las pequeñas cosas, de esas de las que ya no disfrutaba porque a mi alrededor todo era tóxico y dañino, lleno de mentiras, engaños, trasfondo, doble sentido y suspicacia. Me gusta ser sincera e ir de frente, si te dedico tiempo es porque me caes bien, si no, es porque has hecho algo que no debías y cuando he intentado hablarlo, has hecho algo peor.
Me gusta ser como soy y con el paso del tiempo y sobre todo, de las circunstancias, me he dado cuenta de que los verdaderos amigos y familia que te quieren en sus vidas, no se olvidan de ti ni te buscan sólo cuando necesitan que hagas algo por ellos.
¿Te gusta lo que haces? ¡Sí! ¡Sí! y mil veces sí. Adoro escribir, recrear vidas ajenas, imaginar, soñar y teclear. Por supuesto en la escritura hay aspectos que no me emocionan tanto, el peor de todos… Sí, lo habéis adivinado, las puñeteras redes sociales. Pero el resto… es fascinante.
Me encanta empezar a diseñar portadas con una imagen en mente y cinco horas después, el primer boceto no tiene nada que ver con lo que me había imaginado en un principio… Y con las novelas me pasa lo mismo, no es la primera vez (ni será la última) que me pongo con la corrección, mis personajes se rebelan y termino borrando más de la mitad para volver a empezar. Así que sí, me gusta mucho lo que hago.
¿Tiene sentido? Esta es una pregunta más complicada de lo que podría parecer en un principio, hace unas semanas una amiga me preguntó si alguna vez me había planteado lo que sería si no fuese escritora. Y me costó mucho darle una respuesta.
Para mí tiene sentido. A nivel profesional, puedo elegir horarios y lugares para trabajar, puedo dejarme llevar por la inactividad y dedicarme a repasar lo escrito o dejarme llevar por la euforia y escribir durante horas sin parar.
A nivel personal me da libertad para elegir horarios adaptándome a mis circunstancias personales y me da la oportunidad de tener a mis hijos conmigo. Y también me da la oportunidad de volcarme en lo que hago para ser consciente de lo que me rodea y que me afecta a nivel profesional.
¿Y vosotr@s? ¿Podríais responder a estas preguntas?